La respuesta
la tenemos, “poner nuestro grano de arena”.
Aquí, a lo
mejor cambiando nuestras claves de vida: VIVIR no para mí mismo, para acumular
...sino para dar, para servir…donde estoy concretamente; mi familia, mi
trabajo, el entorno…tomando conciencia que vivimos en un solo mundo y un mundo común
para todos… esto es tarea de jóvenes y no tan jóvenes…para TODOS.
Y en
concreto… mi misión ahora fundamentalmente es en la lucha contra la enfermedad
de Ulcera de Buruli (una enfermedad tropical y desatendida); la atención a
enfermos de VIH/SIDA, y también colaborar en la pastoral de mi parroquia y
diócesis …que poder hacer?? Alguna pista:
Lo primero es ORAR unos por otros …si es siempre
lo primero… no el “hacer”; conocer un poco más esta realidad; poder hacer una
experiencia misionera… el “ver”, conocer un poco esta realidad u otra semejante;
el comprometerse en algún grupo de solidaridad concreto (ONG, inmigrantes,
deficientes, enfermos, mayores…)
Hna. Carmelita Misionera Mariluz Saldaña.